viernes, 2 de marzo de 2007

Peñíscola, ciudad en el mar

- El Castillo

El Papa Luna, una de las figuras hispánicas más universalmente conocida y a la vez controvertida, se trasladó en 1411 a Peñíscola convirtiendo su castillo en palacio y biblioteca pontificia. De los muros y dependencias de esta fortaleza irradian ideas, sentimientos y prejuicios sobre un hombre íntegro, honrado y virtuoso que tuvo la osadía de perseverar en su convencimiento de verdadero Papa de la Iglesia Católica en una época marcada por guerras, ambiciones, codicias y corrupciones que afectaron incluso a las altas dignidades de la Iglesia, cuyo poder espiritual tuvo que claudicar ante el poder político y civil.


El Castillo está emplazado en la zona más elevada del peñón, alcanzando una altura de 64m sobre el nivel del mar. Su perímetro es de unos 230 m y tiene una altura media de 20 m. Los Templarios construyeron esta obra románica sobre restos de la antigua alcazaba árabe entre 1294 y 1307.

De similares características a las construidas por los mismos caballeros en Tierra Santa y Cataluña, destaca su parecido con el castillo de Miravet, construido 150 años antes. Benedicto XIII realizó pequeñas reformas durante su estancia en este castillo transformándolo en palacio papal.

La fábrica de los muros es de piedra labrada y todas las dependencias se cubren con bóvedas de cañón, en ocasiones algo apuntadas, que arrancan de impostas muy simples formadas por un cordón moldurado. Los huecos de las puertas están forjados con arcos de amplio y generoso dovelaje.

Destaca en todo el conjunto la sobriedad y solidez de su construcción, tanto en las estancias templarias como en las estratégicas e intrincadas dependencias pontificias que realizaría más tarde Benedicto XIII (entre las que estuvo instalada una de las mejores bibliotecas del mundo). Pero, tal vez, el mayor interés arquitectónico del castillo se encuentra en la solución abovedada del Cuerpo de Guardia y en la austeridad y severa proporción de la Basílica de los Templarios.

Utilizada por Benedicto XIII y Clemente VIII como Basílica Pontificia, a las características constructivas del resto de estancias une el presbiterio formando ábside semicircular cubierto con una media cúpula de cascarón encumbrada sobre un arco toral y un pequeño ventanal situado en el centro del ábside que ilumina tensionalmente el espacio. En esta Basílica reposaron durante algún tiempo los restos del Pontífice.

En este castillo se conservan todavía remembranzas evocadoras de la presencia del Papa Luna y de su sucesor Clemente VIII, el también aragonés Gil Sánchez Muñoz, segundo Papa de Peñíscola. La Basílica papal de Benedicto XIII, esa austera nave de planta rectangular con bóveda de cañón algo apuntada y casquete esférico sobre el ábside; el salón del trono donde recibía embajadas y recepciones; el salón del cónclave; el estudio con ventanas al mar; las habitaciones pontificias, etc. Todo ello, utilizado por los dos papas de Peñíscola, había servido con anterioridad a los Caballeros Templarios y a los Montesianos que tuvieron aquí la sede y sostén de su encomienda.

Las modificaciones introducidas por Felipe II para artillar la fortaleza, así como los bombardeos sufridos en las numerosas guerras y asedios, no alteraron sustancialmente la conformación del castillo, que fue declarado Monumento Histórico Artístico Nacional en 1931. En 1957, por orden ministerial, se cedió su gestión a la Diputación de Castellón, iniciando ésta su restauración.

- Monumentos

Si bien el Castillo Templario constituye, tanto por suprivilegiado emplazamiento como por sus características arquitectónicas y su historia, lo más relevante de esta «Ciudad en el Mar» (declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1972); en Peñíscola se hallan otros muchos elementos artísticos, históricos y etnológicos que deleitarán al visitante.

Soberbias son las murallas que mandó erigir Felipe II y que constituyen una clara manifestación de los grandes conocimientos y depurada técnica que en materia de fortificaciones tenía el más importante arquitecto-ingeniero militar de la época, el italiano Juan Bautista Antonelli, que fue quien las diseñó, siendo construidas entre 1576 y 1578. El Portal Fosc, llamado asimismo de Felipe II, es una de las tres entradas al casco histórico de Peñíscola; fue construido en 1578 y se atribuye su autoría al arquitecto Juan de Herrera.

Grandioso es el Portal de Sant Pere o del Papa Luna, en cuya parte central muestra el blasón en piedra de Pedro de Luna. Era el acceso a la fortaleza desde el mar, cuando las aguas llegaban al pie de la muralla y las barcas varaban en la misma rampa al pie de este portal. Lo mandó construir el Papa Luna en 1414.

Otros lugares de interés histórico-artístico de obligada visita son:

- El Templo Parroquial de la Virgen del Socorro, con tracería gótica del siglo XV en parte de ella y elementos arquitectónicos (ménsulas esculturadas) y puerta de tradición románica.

- El Ermitorio de la Mare de Déu d’Ermitana, junto al castillo en la que se alberga la imagen de la patrona de la ciudad.

- El Parque de Artillería, zona de casamatas y polvorines rodeados de palmeras y jardines.

- El Bufador, que es una gran brecha entre las rocas por la que «respira» el mar en los días de temporal.

- Historia

Peñíscola, ciudad hospitalaria, ha sido encrucijada de todas las civilizaciones mediterráneas que desde el alba de la historia vienen navegando por este mar de bonanza y cultura. A fenicios y griegos, les siguieron cartagineses, romanos, bizantinos y árabes... todos supieron de su ventajosa situación, de su seguridad como fortaleza irreductible y de su idoneidad como hábitat, tanto por su clima como por disponer de abundante agua dulce que mana de las entrañas de la roca en la propia ciudadela.

En tiempo ya de los cristianos, los míticos y enigmáticos Caballeros Templarios se asentaron en el tómbolo, donde ya existía una fortaleza árabe y no tardaron en persuadirse de las excepcionales características que reunía para ser convertido en fortaleza inexpugnable.

Entre los años 1294 y 1307 fue construido el actual castillo Templario sobre los restos de la alcazaba árabe. Los promotores fueron frey Berenguer de Cardona, que era el Maestre de la Orden del Temple en Aragón y Cataluña y frey Arnaldo de Banyuls, que era el Comendador de Peñíscola. Los escudos de ambos se conservan esculpidos en piedra formando fajas heráldicas situadas por encima de la puerta de acceso al castillo y también sobre la puerta de la basílica.

La excepcional robustez de sus muros y bóvedas de arco ligeramente apuntado y su total
construcción con magnífica fábrica de sillería, así como su desnudez y austeridad en elementos ornamentales constituyen la impronta de una arquitectura militar tremendamente maciza y sobria que, estilísticamente, discurre entre el románico tardío y un gótico incipiente.

El Castillo de Peñíscola está catalogado como Monumento Histórico-Artístico Nacional, distinción que le fue otorgada en 1922. No obstante hasta la década de los 60 no se estableció un régimen regular de visitas. Actualmente es el segundo Monumento más visitado de España, tras la Alhambra de Granada.

- Peñiscola "Ciudad en el Mar"

Peñiscola, al norte de la Comunidad Valenciana, se encuentra en un punto privilegiado del Mediterráneo español. Los 79 km2 de extensión de su municipio, 17 de los cuales discurren paralelos al litoral, se reparten equitativamente entre las superficies forestales y los cálidos cultivos mediterráneos, entre los que no faltan el naranjo, el olivo y el almendro.

La ciudad antigua, coronada por la que fuera morada del Papa Benedicto XIII, un castillo-fortaleza del s. XIV, ocupa un imponente peñón que se alza 64 metros sobre el azul del mar; unido al continente por un cordón de arena que tiempo atrás era barrido por las olas durante los temporales, transformando a la ciudad en una efímera isla.

En contraste con el casco antiguo, se encuentran las nuevas calles y avenidas de la zona turística. Cálidas aguas en verano y otoño, se reparten entre las extensas playas de fina arena al norte de la ciudadela y hermosas calas flanqueadas por abruptos acantilados en el sur.

- Ciudad Antigua

Peñíscola es un nombre en la Historia, presente en ella desde las más remotas civilizaciones. Fortaleza que, por sus extraordinarias condiciones naturales: estratégico emplazamiento promontorio rocoso ceñido por el mar, excepto por una lengua arenosa y providencial abundancia de manantiales,ha sido codiciado lugar para cualquiera de los pueblos llegados a nuestra Península.

LA ANTIGUA CHERSONESOS
Son abundantes los vestigios arqueológicos hallados en las cercanías del tómbolo, en los yacimientos de Poaig y Els Barrancs que confirman el poblamiento de estas tierras por algún pueblo ibérico (ilercavones), así como la relación entre estos y los mercaderes fenicios que llegaron por mar (s.VII-VI a.de C.). En Peñíscola se asentaron,probablemente, los fenicios procedentes de Tyro y poco después los griegos de Zacinthos. Más tarde llegarán por mar cartagineses, romanos, bizantinos y árabes.

Los testimonios escritos más antiguos y verosímiles acerca del conocimiento de Peñíscola en el orbe antiguo, cabe buscarlos, sin embargo, en las citas de Hecateo (s.VI a.de C.) Estrabón (s.I a.de C.) y Rufo Festo Avieno (s.IV) que en sus descripciones de la costa mencionan la ciudad de Chersonesos.Nombre que darían los griegos a la ciudad y cuya traducción significa, península. Peñíscola, colonia griega y romana, será importante puerto a través del que entrarán productos manufacturados (cerámica,telas,armas,etc.) que los colonizadores intercambiarán por el preciado vino y aceite de oliva de los íberos que pueblan las sierras del litoral. Serán asimismo los romanos, quienes al traducir el nombre griego de la ciudad al latín (al decir de prestigiosos filólogos, en la forma vulgar pene+iscola, «casi isla ») darán origen al topónimo actual de Peñíscola.

BANÁSKULA, LA CIUDAD ÁRABE

Desde el año 718 en que Tarik concluye la conquista hasta 1233, la ciudad de Peñíscola vive bajo dominio musulmán. Se conocen escasos detalles de esta época. Los geógrafos árabes aluden a Peñíscola (a la que llamarán Banáskula o Baniskula por adaptación del topónimo a su alfabeto) como castillo inexpugnable junto al mar, que está poblado, tiene alquerías, cultivos, abundancia de aguas e importantes salinas. Desde la fortaleza, que será frontera con la cristiandad, los moros piratean el litoral y realizan incursiones en el Reino de Aragón.

Peñíscola será cuna de personajes ilustres como el Rey Lobo 'Mohamed ben San, Aben Mardanis' (1124) que logrará mantener un reino moro en el sudeste español frente a los invasores africanos, y el literato Alí Albata que intervendrá en las negociaciones con Jaime I.

LA RECONQUISTA

Aunque ya lo había intentado en 1225 sitiándola durante dos meses, no será hasta 1233 cuando el rey Jaime I tomará posesión de la ciudad de Peñíscola, recuperando también el dominio sobre el mar. Será una conquista pacífica. Tras la caída de Burriana que deja aislados los castillos árabes del norte, la ciudad se entregará sin lucha y bajo ciertos pactos que respeten las leyes y costumbres sarracenas.

El 28 de enero de 1251, sin embargo, Don Jaime I otorgará carta de población a la ciudad a fuero de Valencia, en virtud de la cual desposeerá los moros de todos sus bienes propiedades que entregará a los nuevos pobladores cristianos. Esta medida propiciará la consolidación demográfica y económica de la ciudad, iniciándose una etapa de prosperidad.

- Cultura y tradiciones

Peñíscola, tal vez haciendo justicia a su pasado de punto de encuentro de culturas, se ha erigido en la época moderna en escenario de importantes acontecimientos culturales de ámbito internacional. Inaugura el año el Premio de Relatos Breves «Ciudad de Peñíscola», cuyo Jurado está compuesto por prestigiosos miembros de la Real Academia Española de la Lengua, y al que se presentan obras procedentes de más de 20 paises. Al inicio del verano, Peñíscola que ha sido escenario del rodaje de grandes películas como "El Cid" de Anton Mann o "Calabuch" de García Berlanga, se convierte durante una semana en capital del Cine en España con el Festival Internacional de Cine de Comedia. En el mes de mayor afluencia de visitantes, agosto, se celebra el Festival Internacional de Música Antigua y Barroca con figuras de primer orden. Ya en el sosiego de septiembre y en el incomparable marco del Salón Gótico del Castillo, se celebra el Ciclo de Conciertos de Música Clásica.

El pueblo de Peñíscola, de ancestral origen, como muestra su historia, es heredero de un exuberante patrimonio costumbrista de raíz popular, que ha sabido conservar y refleja en múltiples manifestaciones populares, tanto en el ámbito laboral (pesca y agricultura) como en el religioso y festivo. Además de las festividades religiosas comunes a otros lugares, existen otras de especial tradición, como son San Antonio Abad (17 de enero), los carnavales, durante tres días a finales de febrero o la romería a la ermita de Sant Antoni, distante 6 kilómetros de la población, que se realiza el domingo siguiente al de Pascua de Resurrección. También, durante la festividad de San Isidro, patrón de los labradores, en el mes de mayo y en San Pedro, patrón de los pescadores, a finales de junio, se realizan verbenas populares y suelta de vaquillas.

Las fiestas de mayor importancia se celebran a partir de la noche del 7 de septiembre, en honor de la patrona de la localidad, Virgen de la Ermitana. La máxima expresión de estas fiestas son LES DANSES, que engloban música, baile, actividades lúdicas, ritos y modos públicos de convivencia.

Les Danses están compuestas por diferentes grupos: dansants, llauradores, cavallets, moros y cristians... siendo els dansants el más característico por su alto sabor arcaico y autóctono, argumentándose deriven sus movimientos de remotos rituales agrarios/guerreros originarios del neolítico.

Los espectaculares y coloristas Moros y Cristians son representaciones históricas , pero de una historia vista con los ojos del pueblo, que con el paso de los siglos ha ido incorporando a su narrativa distintos elementos formando pasajes anacrónicos en los que se mezclan árabes, turcos o alusiones a la guerra con los franceses.

- Sierra de Irta

El litoral sur de Peñíscola es escarpado y rocoso. Está salpicado de diminutas playas y elevados acantilados que forman recoletas calas. En esta costa se halla la Sierra de Irta. Próxima a ser protegida mediante la figura de Paraje Natural, es una alineación montañosa con 573 m. de altura máxima y 15 km. de fachada litoral.

La ausencia histórica de asentamientos humanos de importancia permiten la presencia de valores naturales y etnológicos únicos que han dado en definirla como la última sierra virgen de la Comunidad Valenciana. En las pequeñas calas que dibujan Irta, la práctica del buceo o la pesca con sedal nos presentan una dimensión diferente de relación con el mar y la naturaleza.

La Sierra de Irta cuenta con un sistema de señalización que nos dirige por algunos de los caminos de más fácil acceso; los puntos de inicio de itinerarios se encuentran a lo largo de la carretera que recorre la Costa Sur. Los caminos señalizados con indicadores de madera son pistas de tierra adecuadas para transitar con diversos medios.

Existe la posibilidad de realizar recorridos a caballo, así como recorridos a pie por los senderos de la parte alta de la sierra, dotados con un sistema de señalización específico. En la Sierra de Irta podemos visitar la ermita de San Antonio que data del siglo XVI. El conjunto está formado por la propia ermita, la casa del ermitaño y la hospedería que delimitan un patio desde cuyo pretil se divisa una excelente panorámica.


Fuente: www.peniscola.org

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